Mundans

Hay veces que canto sólo a la soledad.

Hay momentos en que mi alma busca pasos en la oscuridad.

Hay ocasiones en las que enseñas labios fabricados en sueños.

Hay instantes en los que duermo odiando.

Hay días cuando me pregunto dónde estás.

Hay siglos que quiero ayuda para caminar.

Nunca podré encontrar la forma de ser libre.

Es un sueño en el que no pienso en ti.

Quiero bailar un vals eterno sintiendo tu corazón latir a través de tu pecho desnudo que acaricia el mío, tu mano sosteniendo la mía, mientras los músicos, llenos de envidia tocan complicadas melodías que sólo nos permiten crear nuevos pasos. Bailamos sobre nubes, bailamos sobre flores, bailamos en dulces aromas y exquisitos sabores, bailamos junto a dragones que vuelan comandados por los aullidos insomnes de los lobos negros que se pierden en lo denso del bosque de pinos espinosos. Los brujos han despertado a ver el espectáculo, lloran y las lágrimas caen mientras se vuelven susurros de amor a aquellos que desean también bailar, crear sus nubes.

¿No es así que vivimos el mundo? Bailamos en nuestras nubes llenos de pavor, una caída sería fatal, pero morir sólo significaría que nuestro cuerpo se transforma en semillas que nos engendrarán de nuevo, con la memoria de tiempos pasados, pero con la frescura de un capullo apenas abierto, la frescura del nacimiento, de ver el sol de nuevo, de respirar una vez más, de cegarse con el sol.

"Mamá, ¿Puedo ya despertar?"

Y una voz femenina responde "Hijo mío, estás despierto."