El empiézose del acábose
Como todo en nuestro universo, siempre existe un origen, "origen" como teoría que no explicaré en lo absoluto porque esa no es la razón de existencia de este espacio, (lo cual me da una idea de un nuevo post para In Excelsis Arte, pero bueno, esa es otra historia), la idea, en cambio, es explicar el origen de este espacio desde la bilis que lo hizo nacer.
Bilis. He pensado en el origen de la palabra "visceral" y de lo simbólico de la bilis dentro del imaginario popular (mierda, ya me puse teórico de nuevo), y pues, aunque nos esforcemos en intentar que nuestras vísceras se mantengan trágicamente en su lugar y no protesten ni nos hagan perder el quicio que nos gusta llamar "normal", más de una vez salen de su espacio respectivo y nos remueven el interior, nos hacen pensar velozmente, hablar con una tónica interesantemente intensa, desear cucos y culebras y respirar tan hondo que un jabalí en celo se asustaría al escucharlo. En fin, lo importante es que no creo que exista manifestación más cruda de ese estado que la bilis, sí, ese mismo líquido de apariencia verdosa y espesor atroz, ese mismo líquido de sabor intenso y de carácter escatológico, que más de una vez se ha hecho presente en casos de explosiones emocionales furtivas. Quiero vivir en la fuente de esa bilis, una fuente que baña a aquellos que lo necesitan para desahogar sus penitencias más ruines, y como ruines, humanas.
Y, dado que notablemente la otra mitad de los cromosomas de este blog son los temas de lo gay y mi tema personal de lo gay, es por ello que esta es una bilis homosexual... Aquí gritaré terapéuticamente, tal como algún día me aconsejaron mis queridos Alice y Gaby, para saciar ínfulas de stress que rodean mi corazoncito de vez en cuando.
Ahí nos vemos.
Bilis. He pensado en el origen de la palabra "visceral" y de lo simbólico de la bilis dentro del imaginario popular (mierda, ya me puse teórico de nuevo), y pues, aunque nos esforcemos en intentar que nuestras vísceras se mantengan trágicamente en su lugar y no protesten ni nos hagan perder el quicio que nos gusta llamar "normal", más de una vez salen de su espacio respectivo y nos remueven el interior, nos hacen pensar velozmente, hablar con una tónica interesantemente intensa, desear cucos y culebras y respirar tan hondo que un jabalí en celo se asustaría al escucharlo. En fin, lo importante es que no creo que exista manifestación más cruda de ese estado que la bilis, sí, ese mismo líquido de apariencia verdosa y espesor atroz, ese mismo líquido de sabor intenso y de carácter escatológico, que más de una vez se ha hecho presente en casos de explosiones emocionales furtivas. Quiero vivir en la fuente de esa bilis, una fuente que baña a aquellos que lo necesitan para desahogar sus penitencias más ruines, y como ruines, humanas.
Y, dado que notablemente la otra mitad de los cromosomas de este blog son los temas de lo gay y mi tema personal de lo gay, es por ello que esta es una bilis homosexual... Aquí gritaré terapéuticamente, tal como algún día me aconsejaron mis queridos Alice y Gaby, para saciar ínfulas de stress que rodean mi corazoncito de vez en cuando.
Ahí nos vemos.
5 comentarios:
BIEN!!!! Blog terapeutico!!!! :D :D FELICIDAD!!!
Siempre es bueno botar la bilis por el teclado... Funciona... A veces... Demasiado.
Se te quiere! :D MUCHIIIISIMO
Catarsis, aporrear el teclado hasta que haya sangre. o en su defecto redencion.
loco... bacAn el blog.. ya te he visitar mAs seguido
Bienvenido =D tienes una visitante más
Y otro visitante, no anonimo, pero tampoco muy conocido.
Estaba dando un paseo y llegue aca. Y me gusto el lugar.
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